De repente sale el sol y hace un día espectacular para pasear por el espigón de Orio y coger el barco. Eso es exactamente lo que hicimos en la preboda de Beñat y Maialen, y ciertamente, nos lo pasamos en grande.
Esta parejita se casan ya mismo y no me podía quedar sin enseñaros cómo disfrutamos aquella tarde de verano.
Yo había montado en barco muy poquitas veces, pero he de decir que en el Cantábrico nunca y me quedé enamorada de la belleza de sus paisajes y de su bravura, que aunque en estas fotos no se aprecie mucho, a mi por lo menos me arrancó alguna carcajada nerviosa.
No se me ocurre mejor pareja que ellos dos para dejarte llevar por el vaivén de las olas y, porqué no, darte un chapuzón y disfrutar de las últimas horas de luz bajo el agua.
Fue una experiencia inolvidable para mi y espero haber captado toda la esencia de esta historia de amor que nació hace muchos años y este sábado se celebrará por todo lo alto.
Y ahora a disfrutar de las olas con Beñat y Maialen.