Mi hermana y su ya marido (qué raro me suena eso, jejejeje) se casaron el año pasado en uno de los lugares que más recuerdos y sentimientos de la infancia nos trae, El Balneario de Panticosa.
Cuando nos dijeron que se casaban, de lo primero que me vino a la cabeza fueron las fotos; sé que ellos le dan muchísima importancia y por eso no dudamos ni un segundo en llamar a quien fue, es y será uno de mis inspiradores, de mis profesores, de mis fotógrafos favoritos, el genial Pedro Etura que junto a Toni supieron captar a la perfección cada una de las emociones que vivimos ese día. Yo no hice ni una foto, quería vivir su boda al 100% y además sabía que estaban en las mejores manos, podéis ver las fotos en su web Etura Weddings
Pero esto no se quedó aquí, uno de mis regalos para esta parejita iba a ser el reportaje postboda que aquí os muestro. Nos fuimos a Estella, un lugar sencillamente IMPRESIONANTE que vio crecer a Juanjo. A él le hacía muchísima ilusión que las calles por las que corría de niño y las alturas de la Sierra de Urbasa se convirtieran, por un momento, en un pequeño recuerdo de ese día tan especial.
No se si conocéis Estella, realmente creo que tooodo el mundo debería visitarla alguna vez en su vida. Tiene millones de rincones que fueron el escenario perfecto para que Maria y Juanjo volvieran a recordar su boda.
Y yo, pues que queréis que os diga, me volví a emocionar muchísimo (aunque ellos creo que no se dieron mucha cuenta, jejejej) esta vez sacando cada una de las emociones, sonrisas y miradas de estos dos a los que quiero con locura.
Ahora toca disfrutar cada día más, si cabe, el uno del otro y yo seré la testigo número uno de cada uno de los momentazos en vuestra vida. Sois lo más!!!